domingo, 16 de noviembre de 2008

Las diversiones de una arpía

La sensación de estar sola te inunda. Y no haces cómo yo, que me fumo un cigarro, noto cómo me va quemando y matando ligeramente y me siento purgada por lo que hice para estar así. No, tú no haces esto. Porque rechazas la idea de merecerte la soledad.

Te distraes apresando, moviendo hilos desde las sombras. Siempre protegida, crees tenerlo todo cuando te miran con ojitos enamorados, cuando no pueden vivir sin ti. Así los posees, son tuyos. En tu nido de araña los envuelves en esa seda peguntosa que no vale para tejer pañuelos orientales con dibujos de mariposa. Sólo vale para ensuciar los rincones por los que algún perdido se atreva a arrastrarse. Se dejan envolver por tus habilidades, muy efectivas, entrenadas exclusivamente para esta tarea. Te quedas con lo más agradable de sus vidas y les haces sentir rechazo por su propia parte complicada. Lo mejor de los demás es para ti, porque te lo trabajas así de bien. Qué nivel tan supremo. Cómo consigues hipnotizar y borrar lo que hay antes y después de ti en sus vidas. Excelente.

Y de repente dejas de ser una araña asquerosa en la percepción de los demás. No importa que tú sepas que lo eres, lo que cuenta es que nadie se entere. Poco a poco, en tu mundo serás lo que no puedes ser en la realidad, aunque tengas que apartarlos de sus vidas. Son tuyos, para que te realices con un mundo paralelo donde tú eres lo mejor que se creó. Así, la misión de tu vida es ir atrapándolos a todos en tus tinieblas.

Hasta cuándo...

El día de mañana, habrá alguien resistente que se dará cuenta de tu naturaleza. Y en lugar de atarse a ti, se meterá dentro de tus hilos, para darte veneno adictivo. Para hacerte creer que es una presa más y acabar siendo tú la cazada. Convertida en su herramienta para... ¿algo?

O quizás eso no llegue nunca, porque odiar tanto a un ser tan despreciable te llena de amargura. No merece la pena. Quizás cuando los tengas a todos apresados y anulados, simplemente te encuentres sola, sin nada que hacer, ignorada por la vida un día detrás de otro. Te quedarás saboreando tu autodestructividad en la eternidad oscura que reservaste para todos los demás. Pero irremediablemente sola con tu miseria, deseando morir.

4 comentarios:

Don Peperomio dijo...

pues muchas gracias!
yo también intentaré ponerme al día
Mucho por leer!

Bisous

Anónimo dijo...

Hombre, Matin. En tdos los lugares lo encuentro, a Usted.

Yo he conocido a gente así, Ayla. Lo mejor es salir por patas. En las guerras los dos suelen salir perdiendo. Nada, nada, esta peña, lo más lejos posible de uno.

Saludos.

Anónimo dijo...

(Matin = Martin) (puñeteras prisas).

Ayla dijo...

Pues sí, a dejarlos que se asfixien en su miseria. Pero a veces uno no lo soporta más y explota (para eso está el blog).
Ya se vé que el mundo es un pañuelo!! Ala, a disfrutar de la compañía ;) Un saludo para los dos!!