miércoles, 1 de septiembre de 2010

Amor en el poso de un cócktel



Así que al fin y al cabo hago cosas normales, eh? Después de tanto trabajar y estudiar para salir del pozo he terminado haciendo lo que todo el mundo, no?: Salir, beber, el rollo de siempre... Pues sí... y además, con el añadido de que me enamoro. Me enamoro mucho del recuerdo de mi amor. Y entonces escribo cosas. Podrían ser cosas eróticas o de un sexo explícito desenfrenado que entusiasme a los lectores y me lleve a la fama por la originalidad dentro del orígen de todo. Pero desgraciadamente no es el caso. Desgraciadamente lo que escribo son poesías de amor... Eso hago yo borracha: poesías más cursis que "Orgullo y prejuicio". ¿Quién lo iba a decir? Salir de un pozo para acabar en otro:

Me equivoqué al besarte, Mr. Amor. Pero es que me equivocaría otra vez al más puro estilo suicida, y otra y otra... hasta acabar arropada por tus labios durante toda la eternidad. Te quiero.

Dios mío!! Qué he hecho yo para tener el subconsciente tan pasteloso!!! Un dolor en el pecho dice que le coge al señor Amor cada vez que lo lee... Será de la angustia y del ahogo de tanto dulce, claro... En fin, que soy menos fatal que un chicle de menta.