domingo, 21 de agosto de 2011

Volver

Nadie diría que existen lunas infinitas, estrellas más brillantes que el sol o playas de agua dulce en pleno mar. Tampoco se diría que existe gente que se preocupa de los demás por encima de ellos mismos. Lo hacen por que consideran que hay que confiar en los demás como muestra de la confianza que se puede depositar en ellos mismos. Es una extraña nobleza que creí olvidada entre los recuerdos de mi niñez.

Ahora de vuelta todo esto está perdido en el recuerdo. En esta ciudad, mi ciudad, Barcelona, la gente es desconfiada porque también es ladrona y desleal. Un sálvese quién pueda al que no quería volver. Debería estar prohibido desandar lo avanzado.