viernes, 22 de febrero de 2008

Islam

Descanso en tu piel tatuada de arena, como sobre la primera duna después de un oasis de agua clara. Cada palabra que me susurras es el viento que mece las palmeras y hace caer el dátil más dulce que me das con un beso. Estoy en el paraíso.
"Tengo que hablar contigo. Es algo importante." Viento moderado, granitos de arena se levantan del suelo y se posan sobre tu piel. Te los quito de encima con una leve caricia y vuelvo a apoyarme en esa duna que se mueve al ritmo que respiras. "¿Y de qué se trata?"
"Me quiero convertir al Islam." Ojos negro azabache, como las noches de estrellas que guían las travesías de tu caravana por las sendas que el agua subterránea marca de oasis a oasis. Ojos decididos y firmes que me atraen como un imán hacia el paraíso más maravilloso. "Pues yo creía que ya lo eras."
"Te quiero."

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