miércoles, 20 de agosto de 2008

Indulgencia

Me coges la cara entre tus manos y ves mis ojos de color verde lágrima dedicados por completo a ti, a pedirte perdón por todo lo mal que me hiciste creer que lo hice, a purgar la insensatez que me atribuyes, a vaciar mi interior culpable en tu ego. Me estimulas a hablar para que siga sacando, para ver como se derrumban una tras otra todas las paredes maestras que aguantan el piso donde está mi yo, separadito de mi superyo en lo más interior. Buscas ese subconsciente ruinoso, lo necesitas porque sabes que te va perteneciendo cada día más y te hace sentir importante que yo esté tan llena de ti en lo más profundo. Y cuando ya no queda más que mi sentimiento al completo, cuándo ya estás seguro de que soy tuya, por fin puedes entregarte y fundir tus ojos negro firme entre las lágrimas de los míos, con una sonrisa de satisfacción ególatra. Y yo perdono tu inseguridad por hoy. Pero no olvido que no sabes que no quiero una historia de desamor.

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