miércoles, 11 de agosto de 2010

Cosas de la pereza


Pues no me motivo por las mañanas. No, no me motivo nada. Estoy enganchada a las sabanas como si fueran una segunda piel. Es que ni el dinero a final de mes me mueve... y después de haber perdido setecientos mil ya no me importa perder mil más. Lo que me gusta es tener tiempo para lo que me preocupa, como pasar tiempo con los míos antes de que se marchen, o llevar a cabo un experimento para saber si pasa algo real que tenga repercusión para procesos que existan en la realidad, en la realidad física y tal... En cambio, a mí, lo de ser guapa, y que me escuchen embelesados y eso,... sin pretender que lo que yo diga tenga sentido ni nada... y preocuparme de la empresa mientras me paseo y eso... para distraerlos mientras se hacen ricos.... pues no me motiva para levantarme, la verdad. Y ahora tengo estos remordimientos con lo de legar tarde y lo de las sábanas, por lo del compañerismo y eso, ... sabiendo que ellas están trabajando y yo me quedo cinco minutos más, y cinco más... en el fondo deseo que ellas también se queden cinco más y más, hasta que no tengamos que volver nunca.

No hay comentarios: