Desvariaciones insomnes, para variar sobre los sueños y visiones fantasmales de días lluviosos que no debieron existir nunca en el calendario. Dragones saliendo de las yemas de mis dedos mientras escribo, peleándose con las rosas secas de
Sant Jordi que guardo en un corazón de pétalos. Esqueletos que reflejan la
bulimia inexistente en la Edad de la Tierra Media... Y de repente:
Toc,
toc,
toc!!!
"Hola, me llamo Trauma y he venido para pasar una agradable velada contigo. He traído
sushi y
pelis de
Hayao Miyazaki."
Y claro, le dejo pasar por cachondo y porque lo conocía de vista y parecía buen
tío. "Cuidado con el sofá que está hecho de nube y además deja muchos pelos de la gata!" le advierto.
Cuatro bromas entre
washabi y salsa de soja y la
conversación que fluye
químicamente como un manantial de ideas...
- ¿Entonces quieres borrar este día del calendario, dices?
- Sí, pero no sé cómo hacerlo.
- A ver,
déjame pensar... ¿la nube del sofá es de golosina? Lo digo porque creo que lleva goma arábiga.
- No sé, yo había pensado en darles el sofá de merienda a los dragones que guardo debajo del teclado, a ver si se empachan y dejan las rosas en paz. Mejor que comérmelo yo y terminar con un desorden
alimenticio, ¿no crees?
- Bueno, pues a ver qué te parece esto: habla con el señor Tiempo y le dices que corra un velo por encima de ese día en ese año. Así, no aprendiste nada de aquello, pero al menos queda guarecido de la lluvia y bien preservado de la intemperie neuronal.
- ¿Y para qué quiero preservarlo?
- Pues está claro: para no olvidar de donde vienen los dragones, porqué tienes un corazón de pétalos, un sofá de nube que no te puedes comer y para darte cuenta de que al cabo de unos años lo manejas muy bien en una agradable velada romántica. Yo lo veo bastante evidente.