jueves, 20 de agosto de 2009

Nostalgia

Voy a echar de menos mi capuchino de sobre por las mañanas en mi otro piso mientras hablaba con mi compañero, y el expreso que tengo en este otro, con otros compañeros también colegas.
También voy a acordarme de la sensación de pensar en inglés. Dejarme llevar por la pasión en otros idiomas y sentirme viva sin definir ni limitar, porque hay muchos significados distintos para cada cultura que matizan todo y nada.
Las comidas exóticas para mí, llenas de mantequilla asesina de arterias que preparan los amigos antes y después, según el día y las ganas de cuidarte.
Tomar cada noche algo por ahí, con todos siempre, porque hay cinco bares que están bien y cuando no hay unos amigos en un sitio, los hay en el otro. Hasta el amanecer vete a saber tú dónde.
Las fiestas improvisadas cada día en mi casa, en casa de otro, en mi tejado, en las montañas, en la calle bajo la lluvia, en las habitaciones de los estudiantes,...
Echaré de menos tener que ensayar flamenco delante de noruegos, paquistaníes, suecos, austríacos, italianos y alemanes que no tienen ni idea de qué están viendo. Cómo hay que explicarles el compás y cómo lo flipan.
Y la montaña. Dios mío, qué montaña. Te secuestra y te hace tomar conciencia de que no eres nada más de lo que eres en este mundo.
Y el fiordo. Amaneciendo allí, anocheciendo allí también, bañándote en el agua helada, soñando que perteneces al cielo rosa y al agua espejo.

Joder... Tengo la sensación de que me voy ya metida en el cuerpo. Estoy fuera. Y no quiero irme. Para nada. Hecho de menos España, pero tampoco la hecho de menos tanto como para volver. Quiero continuar mi vida, lo que soy, lo que siento yo sola. Y por supuesto lo voy a continuar allí. Pero mi piedra angular propia ha nacido aquí, entre este clima que cambia tan rápidamente como media hora de lluvia torrencial y media hora de sol incandescente en un horizonte inmenso recortado por las montañas madres. Esta piedra tiene tantos colores, brilla con tanta fuerza... hasta que late y todo mientras sonríe mirándome divertida y benevolente.

En una semana estoy fuera.

Hasta el verano que viene.

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