Solas en casa molaba un montón hacer barricadas con el sofá y tirarnos bolas de papel como en la guerra. Cuando se acababan las municiones de mi bando, tenía que salir al terreno fronterizo a recoger las bolas que habían rebotado o no habían llegado a mi lado. Y entonces me machacaban: todos los pelotazos apuntando a mi cabeza. Herida de muerte, intentaba una última voltereta desesperada para esquivar las siguientes heridas. Conseguido!! llegué a la barricada sana y salva!! "Replanteemos la situación: 5 bolas intactas, ella está detrás del lado izquierdo del sillón... si las troceo tendré más bolas, y se las tiro por encima y ya gano porque contra una paliza tan evidente no hay nada que hacer.
De repente una lluvia de papeles blancos me caía por encima y arriba del todo estaba la cara divertida de ella.
-He ganado!!! Estás muerta!! Me tienes que contar un cuento antes de dormir y hacerme la escalera en la espalda.
-Vale pero antes colocamos los sofás en su sitio, que si hoy le da por venir al papa se va a enfadar."
La acunaba en su camita y bajaba a fregar los platos antes de que llegara el olor a alcohol metabolizado que subía desde la puerta de la calle. Pero hoy era tarde y me pilló. El ruido de la llave en la cerradura me puso en guardia. La nueva misión era convertirse en un ser invisible, inexistente, como un ninja. Mientras se tumbaba en el sofá entre los restos de bolas blancas que no distinguía, yo salía de puntillas y me iba a mi cuarto. Así iba escribiendo mi propio arte de la guerra, ganando mis batallitas día a día.
4 comentarios:
Mi hermano siempre fue muy budista. Él no tiraba bolitas de papel... leía. Me pegó la costumbre.
¿De dónde es Usted, Ayla?
Lo cierto es que los juegos de guerra se daban después de hacer los deberes. Los hábitos de lectura vinieron después de la literatura forzada de la EGB.
Yo soy paisana del gran maese Dimas, un maestro para mí. Y usted, ¿por dónde para?
Justo en la otra punta, hacia abajo. En la Trimilenaria cuna de Paricón.
Hay una extensa población de lindísimos zumbados por ahí arriba. Comparten ciudad con Usted y con Lenisio (llegué a conocerlo, me tomé una cervecilla con él el año pasado) Estnom y Marta Peris, cuyos blogs están enlazados desde el mío ("Silencio" y "el Cajón de las Pusquitas", respectivamente).
Tengo amigos en Barcelona, y muchas ganas de volver para allá. Carmen Moreno (del Blog Oceáno de Góndal, y que en el mío firma como Margherita Dolcevita) y Elena (Zoe) están, precisamente, este fin de semana largo en Barcelona. Dspués de vivir acá (en Cádiz), ahora viven las dos en Madrid.
En fin, cuídeseme. Ya casi se nos acaba lo de Lenisio (que sólo escribe los años pares). Habrá que esperar y, en mi caso, releer.
¡Un abrazo!
(donde se lee "Paricón", léase "Pericón") (lapsus interruptus).
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