martes, 30 de junio de 2009
Rebota, rebota y en tu culo explota
Lo más sorprendente hasta el momento de este mercado, es esa pequeña y huesuda mujer que me dice que es del barrio, que me la envía el de la plaza Mossén Clapés por pesada seguramente. La empuja a que le venda yo. La cara de ratilla me suena, es cierto. Es una segundona del barrio que lleva a su hijo a los Salesianos para aparentar. Es de la derecha proletaria, algo incomprensible que se dá en los ambientes incultos. Y sí, ahora la recuerdo en su entorno: rodeada de revistas y de chucherías, en un pozo oscuro que era su papelería en los bajos de un edificio sin balcones, siempre leyendo como una ratilla, siempre riñendo a los hombres que entraban a ojear las revistas porno y a los niños que robábamos moras y nubes. Pues con esa misma cara de rata me saca a borbotones información sobre mi vida delante de todos: que si mi madre se murió, que qué se sabe de mi padre, que si en mi casa ahora han construido cuatro pisos y los venden por separadado a sus amigos, porque deben de ser ricos sus amigos, no como yo que después de haber tenido tanto ahora soy pescatera (o eso cree, la inocente), y veo como en el fondo la mierda de rata esa disfruta de sacar y sacar basura de los demás para tapar la suya propia. Pues tanto que se las dá de rica y de pudiente, venga a meterle más salmón del más caro por los ojos delante de todos, y caviar, y ballena como su madre, y bacalao seco como ella... y se ha visto obligada a gastarse tanto tanto dinero para aguantar su propia fantasmada que se ha ido con la cara más roja que las huevas del salmón.
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3 comentarios:
¿Para aparentar, a un colegio de curas salesianos?
Cómo ha cambiado el mundo.
Buenas don Micro. Pues he de decirle que ando tan liada que no vi su comentario cuando colgué mi último post. Pero la verdad es que sí: los salesianos quedaban a una hora de mi casa y solo podían pagarlo algunos. Los demás íbamos a los colegios públicos, rodeados de gitanos. Tengo el recuerdo de algunos profesores concienciados que llegaban media hora antes para quitar las jeringuillas del patio. Así vivíamos los hijos de los inmigrantes del resto de Espanya. Éramos ninyos y todo estaba bien para nosotros.
Esque no lo sabemos apreciar, pero no estamos tan lejos en el tiempo de los países subdesarrollados. Aunque algunos no lo quieran reconocer porque ahora sean "normales", que ya pasa.
Un saludo cargado de fresquito desde bien lejos!!
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