Sobreviviendo queda todo escondido, reprimido. No hay acento, no hay color en la piel, me peino como todas las demás y me olvido de como se arreglan mis primas. ¡Qué educada es esta niña! Claro que te doy trabajo, venga guapa, que lo harás muy bien. Es fácil. Y a final de mes, la supervivencia así se va llevando. Pa'alante, tira que te va. Un mes y otro. Así puedes pagarte los estudios, así dejas de ser un producto para el mercado matrimonial. ¡Qué lista, la niña, qué bien lo hace todo! Y una pena por dentro que no se quita.
Un tambor en la sangre. Bum bum - bum bum - burumbumbum - burumbum. Que late y late. Burunburunbaranbambambaran, ole ole ole hassá. ¿Porqué ahora? Me van a odiar, ya no puedo volver, ya no soy de allí. Pero tampoco soy de aquí. Ve'la'hí, a resulta de tanto esfuerzo, para acabar enredada en los rizos de tu pelo... en los rasgos bellos de tu cara. Cómo decirte que yo soy cómo tú, pero sin poder serlo? Y tus ojos, clavados en los míos, desencadenando miles de huracanes recíprocos, mientras te sonrojas con la dulzura de la miel. Tracatracatracatrá. ¿A quién vas a ir a pedirle que nos veamos de nuevo en otro encuentro casual, en nuestro corre-que-te-pillo, si ya no tengo a nadie que hable por mí? ¿Cómo me vas a encontrar en este mundo que he escogido y del que no entiendo la mitá? ¿Cómo te arrastro a ti a esto, si no puedes disimular y vas a pagar la incomprensión de todos? Ayayayayay... No puedo más. Me voy a vivir la vida. La vida, la vida, la vi-dá. A mi manera. Tira tira, que me voy contigo. Mañana llamo a mi tita Lupe que me ponga en el mercadillo los domingos, sigo estudiando entre semana, con mis notazas pa tu orgullo y el de los nuestros. Y en dos meses tú y yo estamos casaos. OLÉ!
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