jueves, 25 de diciembre de 2008

La paradoja de Matel

Ken cree que es informático porque está escrito en su contrato laboral. Instala y reinstala la versión antigua del programa informático de la empresa en todos aquellos ordenadores que se han visto afectados por algún virus. Algún virus cabrón. El virus que algún cabrón ha metido para vengarse de él por quitar internet. Porque, ¿a qué vienen los trabajadores, sino es a ver internet? Y claro, si se lo quitas, ellos se indignan y te meten un virus.
Así Ken se acerca al gallinero lleno de chicas rubias y les reinstala el programa una y otra vez. Porque son sus barbies repiqueteando con una sonrisa como muñequitas ingenuas que no conocen nada de su mundo booleano. Todas retirándose de su ordenador para dejarle paso a él. Todas abriéndoles su ordenador a él, a Ken.
Y la versión antigua del programa necesita internet para poder ser instalada. Así va poniendo internet en todos los ordenadores para poder trabajar con el programa. El pobre Ken no sabe por qué cada vez hay más ordenadores con internet, expuestos a los virus. Y cada vez las barbies son más amables con él.
Lo que pasa es que Ken no es informático. Ken es Ken, y todo el mundo sabe que es un muñeco que hace lo que tienen que hacer los muñecos-hombre para que las barbies sean amables: estar contratado.

2 comentarios:

mallow dijo...

en serio.... ¿como es que te fluyen así las palabras? de esta manera tan... tan armónica, tan como si hubiesen sido creadas para ir una detrás de la otra, en ese orden y no en otro.

Ayla dijo...

En realidad, más que fluir y ordenar, lo que pretendo es dar algún hachazo. Pero debe ser que no acierto demasiado ... jup