domingo, 21 de agosto de 2011

Volver

Nadie diría que existen lunas infinitas, estrellas más brillantes que el sol o playas de agua dulce en pleno mar. Tampoco se diría que existe gente que se preocupa de los demás por encima de ellos mismos. Lo hacen por que consideran que hay que confiar en los demás como muestra de la confianza que se puede depositar en ellos mismos. Es una extraña nobleza que creí olvidada entre los recuerdos de mi niñez.

Ahora de vuelta todo esto está perdido en el recuerdo. En esta ciudad, mi ciudad, Barcelona, la gente es desconfiada porque también es ladrona y desleal. Un sálvese quién pueda al que no quería volver. Debería estar prohibido desandar lo avanzado.

sábado, 28 de mayo de 2011

Excusas


hey!! Thanks for your indications. I'm sorry so much, but yesterday was a bit mess... We get trapped in a kind of assembly in Eleftherias square that finished pretty early, at 1 or 2, with a cold wash under the rain, with the guitar and everything else totally wet. I didn't know the address of the party you where exactly (because I didn't check your mail, what is my fault. Your mail is really really clear compared with Michael indications that where "malavizou street", hehehehehe) and I was run out of batteries in the movile... so... pretty difficult to arrive. Then we help the people to pick up their stuffs and sing a little bit with them, and we went back home after drinking some whatever. At least it was also fine, but now I have a great deserved cold.

O lo que viene a ser lo mismo: Sentí que lo de ayer era monótono e hice otra cosa sin avisar. Hice lo primero que se me pasó por delante con pinta de ser divertido. Eso sí: me cuesta mogollón admitirlo porque siento que está mal y me invento toda clase de excusas cuando el motivo fué que no tenía ganas. Preferiría no explicar nada ni siquiera para no sentir que he fallado a la gente. Creo que esto puede llegar a ser un problema...

viernes, 7 de enero de 2011

Enlazando realidades


"Mëngjes i mirë, mjaltë. Ne kemi tashmë." Con estas palabras me despierto en el barco que me lleva de vuelta a mi isla. El niño que se ha dormido en el mismo sofá que yo, cabeza con cabeza, estaba jugando con su hermana unas horas antes, mientras yo estudiaba en la mesa del lounge. Miró mi ordenador mucho rato y me miró a también. Cuando pasan las doce de la noche y todos los que no hemos pagado por camarote dormimos allí donde llevamos afincados un rato, el niño cae rendido a mi lado y cuando yo me acuesto de vez en cuando estira los brazos y me acaricia la cara como jugando. Podría pagar por un camarote y ahorrarme estas cosas, y la molestia del olor humano de vete a saber qué historia dramática y real que lo envuelve todo. Pero fabricarme una burbuja no es mi estilo, no me siento ni mejor persona ni más protegida, así que prefiero impregnarme de unas horas de romanticismo lírico en las que atribuyo a las caras y a las ropas guerras y penurias. Ahora la madre lo está despertando para arreglarlo antes de desembarcar. Me es difícil identificar el idioma con esa fonética tan nueva para , que además se encuentra en todos los rincones de la cubierta y allí donde se puede dormir.

"Yo soy de Albanía". Estaba en casa de Ángel, en Noruega, cenando con los del mercado de pescado cuando me dicen que se llama Olsy porque lo mira todo. Sonrío por la broma y mientras me acerco el vino a la boca, Ángel me lo explica mejor: "All see, significa todo lo ve, sabes? Lo va mirando todo sin decir nada, lo entiendes? Porque quiere aprender más." Extrañamente, Olsy se da cuenta de que ya había entendido la broma, ya me había reído y ya estaba pensando en otra cosa. En este caso pensaba en cómo era él desde hacía rato. Y sin importarle que yo tuviera seis años más que él, con todo lo que trabajaba y lo que se organizaba, con todo lo que él valía como persona ya desde tan pequeño, me emborrachó comprándome tres botellas de vino, compartiéndolas con todos y brindando más y más conmigo en una fiesta sin fin. Hasta que me llevaron a casa entre Ángel y Sergio porque me daba miedo pasar por el parque de los yonkis de Bergen sin poder mantenerme del todo en pie. Los yonkis en Noruega merecerían un post a parte por lo buenas personas que son, y no es irónico.
"Qué hiciste ayer, Olsy? Porqué no viniste con todos a la fiesta que di en casa?" "Porque me emborraché solo." Y se enfadó bastante por no tener una especial dedicación a él. No se puede hacer feliz a todo el mundo. Al menos no de la misma manera. Y es triste.
"Me marcho a los States. Mi vuelo sale esta noche. Sin movil, sin e-mail, sin facebook.
Solo, para empezar de nuevo. Un abrazo." Lo miro, lo reconozco, y le quiero decir lo que vale antes de que se marche para siempre. Se pone rojo, se enorgullece de mis palabras, sobretodo porque se lo he dicho delante de todos, y me abraza por primera y última vez. Lo beso ligeramente, cosa que no hace daño a nadie y regala muchísima felicidad, que veo reflejada en sus ojos llorosos.

Cuando me despierto antes de llegar a la isla en la que me refugio ahora, extrañamente me acuerdo de Noruega y de Olsy, y me imagino su vida en los States como un chico que ahora tendrá ya 22 años y tan guapo y completo como persona, rodeado de lo que se merece. Se parece tanto al niño que durmió a mi lado en el barco que es imposible. Por estas cosas me alegro de no pagar un camarote que me aísle de lo que vivo y de misma.
Ju jeni paharrueshme, Olsy.
Entonces, la misma imaginación que atribuye guerras a las caras, se posiciona en uno de los bandos, que acostumbra a ser el desprotegido, y se alegra enormemente de que el exterminio se considere inmoral en mi sociedad y de que por el momento esté prohibido.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Amor en el poso de un cócktel



Así que al fin y al cabo hago cosas normales, eh? Después de tanto trabajar y estudiar para salir del pozo he terminado haciendo lo que todo el mundo, no?: Salir, beber, el rollo de siempre... Pues sí... y además, con el añadido de que me enamoro. Me enamoro mucho del recuerdo de mi amor. Y entonces escribo cosas. Podrían ser cosas eróticas o de un sexo explícito desenfrenado que entusiasme a los lectores y me lleve a la fama por la originalidad dentro del orígen de todo. Pero desgraciadamente no es el caso. Desgraciadamente lo que escribo son poesías de amor... Eso hago yo borracha: poesías más cursis que "Orgullo y prejuicio". ¿Quién lo iba a decir? Salir de un pozo para acabar en otro:

Me equivoqué al besarte, Mr. Amor. Pero es que me equivocaría otra vez al más puro estilo suicida, y otra y otra... hasta acabar arropada por tus labios durante toda la eternidad. Te quiero.

Dios mío!! Qué he hecho yo para tener el subconsciente tan pasteloso!!! Un dolor en el pecho dice que le coge al señor Amor cada vez que lo lee... Será de la angustia y del ahogo de tanto dulce, claro... En fin, que soy menos fatal que un chicle de menta.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Cosas de la pereza


Pues no me motivo por las mañanas. No, no me motivo nada. Estoy enganchada a las sabanas como si fueran una segunda piel. Es que ni el dinero a final de mes me mueve... y después de haber perdido setecientos mil ya no me importa perder mil más. Lo que me gusta es tener tiempo para lo que me preocupa, como pasar tiempo con los míos antes de que se marchen, o llevar a cabo un experimento para saber si pasa algo real que tenga repercusión para procesos que existan en la realidad, en la realidad física y tal... En cambio, a mí, lo de ser guapa, y que me escuchen embelesados y eso,... sin pretender que lo que yo diga tenga sentido ni nada... y preocuparme de la empresa mientras me paseo y eso... para distraerlos mientras se hacen ricos.... pues no me motiva para levantarme, la verdad. Y ahora tengo estos remordimientos con lo de legar tarde y lo de las sábanas, por lo del compañerismo y eso, ... sabiendo que ellas están trabajando y yo me quedo cinco minutos más, y cinco más... en el fondo deseo que ellas también se queden cinco más y más, hasta que no tengamos que volver nunca.

miércoles, 30 de junio de 2010

Pequeña dosis de rabia e intento de razonarla


A veces siento que el destino es una especie de red de lino entretejida desde la eternidad y hacia ella. La gente simplemente lo acepta impasible, sumisa, inconsciente y pocas veces incluso feliz. Me siento un poco rara, intentando apartar los hilos, romperlos a mordiscos si hace falta, pero cambiando la dirección de ese destino que no me gusta nada en absoluto. Y cuando veo que la gente que hay en el sitio al que quiero llegar no lo valora, pierdo la fuerza con pensar lo sola que me voy a sentir si alguna vez lo alcanzo. A veces me enfado por eso... y otras no puedo dormir hasta que me resigno y dejo que pase el tiempo, a ver si es verdad eso de que pone a cada uno en su lugar.

domingo, 20 de junio de 2010

Guerra de comida


El agua todavía no hierve y tengo los espaguetis en la mano en un puñado... ¿Porqué soy tan lela de sacarlos antes? Ah, claro!! Porque no son espaguetis, es un arma mortal. Salgo de la cocina, metralladora en mano y Ta-ta-ta-ta-ta-ta!! Contra el compañero de piso!! Estás tocado!! Pero no reacciona, me mira como si estuviera hablando de algo incomprensible para él. Media voltereta croquetera y me meto detrás del sofá a modo de barricada. Ahora tengo entre las manos un puñado de bazoca que apoyo contra el hombro... "¿Te vas a rendir ya?" Digo apuntándole. "Estás loca de tanto estudiar, eh?" Me responde con su acento belga... Pues esas serán tus últimas palabras, insensato: BABÚM!!! La onda retroactiva me lanza hacia atrás ligeramente. En mi nueva posición tengo la vista de la olla, con el agua ya hirviendo. Me levanto con dignidad y justo antes de meter el bazoca en la olla me acuerdo de Homer trabando amistad con una langosta... y me percato de que nunca jamás conseguiré ser mejor ama de casa que eso. Pero feliz un rato sí que lo seré ;)